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Bases del programa

Partiremos de ciertas premisas importantes

Respiración consciente

La respiración es algo que damos por sentado. Ocurre incluso mientras dormimos.

En las civilizaciones orientales se la considera una ciencia, sin embargo en occidente no le prestamos demasiada atención. No hemos aprendido a utilizarla en nuestro beneficio, no la conocemos como fuente de energía, salud y bienestar.

Movimientos conscientes, no mecánicos

Tiene que ver con “habitar tu cuerpo”. La vida cotidiana nos lleva a la mecanicidad, a repeticiones de actos y pensamientos casi en automático, muchas veces “no estamos allí”. Es esencial que la consciencia y el cuerpo trabajen unidos.

Atención plena, siente el movimiento

Enlaza con la premisa anterior. Comienza un entrenamiento mental, la atención plena, verás que por momentos la mente se va del cuerpo, está en la compra, en la llamada pendiente, en la discusión con tu hijo……etc. Tráela suave y amorosamente a tu cuerpo otra vez y siente, siente, siente cada movimiento, cada pequeño detalle.

Aplicar solo la fuerza necesaria, esfuerzo sin esfuerzo

Las premisas se conectan unas con otras. Al realizar movimientos conscientes con la atención plena desaparece el esfuerzo excesivo e innecesario. Aprendemos a focalizar nuestra energía, el ejercicio se vuelve mucho más eficaz, seguro y disfrutable. Nada adelantamos cuando tratamos de forzar y alcanzar más de lo que nuestro cuerpo puede dar.

Calidad antes que cantidad

Lo anterior nos lleva a que “menos es más”. Hay una costumbre de repetir y repetir y de esforzarnos a tope para tonificar y fortalecer más. Sin embargo, la atención plena que aportes a cada ejercicio creará más eficacia y mejores resultados. Una vez más mente y cuerpo trabajando unidos.

Integración intuitiva

Irás descubriendo que el cuerpo es una unidad, aunque enfoques en una parte puntual todo el cuerpo trabaja, no podemos separar, aislar, un pequeño movimiento de caderas repercutirá en toda la columna. Así si nuestro cuerpo se vigoriza y flexibiliza eso nos aportará también bienestar anímico, y cuando nuestro ánimo decae el cuerpo recibe ese impacto. Somos una unidad.

Si hay dolor o molestias detente y escucha

Si una zona te duele o molesta escúchala, no la ignores. Siente que movimiento te pide el cuerpo para aliviar la molestia, sigue esa sensación intuitiva natural. No luches ni te resistas, permite que el dolor esté, respira el dolor y siente el camino para aliviarlo.

A veces no es inmediato pero esa escucha activa te ayudará y traerá información.

Sigue tus sensaciones, tu ritmo, disfruta

En la sinergia de estas premisas va apareciendo como un ritmo natural, una sincronía armoniosa que desencadena un disfrute, el placer de habitar conscientemente tu cuerpo, sentirlo, estirarlo, moverlo.